A 30 años del Madrynazo, la historia en primera persona

El 10 se septiembre de 1984, la población de la entonces pequeña ciudad de Puerto Madryn protagonizó un gesto histórico de defensa a los valores nacionales y repudio a la ayuda que los Estados Unidos prestaron al gobierno británico durante la Guerra de Malvinas. No se trató de una movilización perdida en el austral territorio argentino, los entonces menos de 25.000 habitantes de la ciudad expulsaron a la flota estadounidense de su puerto.

A solo dos años de terminada la contienda bélica por las islas, los Estados Unidos participaban en el 25° operativo UNITAS. Era usual que, finalizado el ejercicio, algunas de las naves atracasen en Puerto Madryn para reaprovisionarse, a la vez que su banda musical tocaba en la ciudad para el entretenimiento de la población. En 1984 cuatro de los barcos de Estados Unidos obtuvieron autorización del gobierno argentino para realizar nuevamente dichas actividades. Atracaron en el Muelle Almirante Storni, pero esta vez algo fue distinto.

Jornada

Los habitantes de Puerto Madryn habían soportado tanto simulacros como apagones efectivos a fin de evitar ataques ingleses durante la guerra. Tuvieron que aguantar cuando el buque británico Canberra, que se suponía casi destruido, atracó reluciente en sus puertas para desembarcar a los prisioneros de guerra argentinos. Fueron testigos de las paupérrimas condiciones en que dichos soldados volvían de la Guerra, esos jóvenes que la Nación había enviado mal aprovisionados y que ahora regresaban prisioneros en un buque enemigo. Pedirle a esas personas que calladamente reaprovisionasen los barcos de un país que prestó ayuda a los británicos fue demasiado.

Hoy se cumplen 30 años del día en que los madrynenses dijeron “basta”, en que marcharon en masa al puerto y en que la armada más poderosa del mundo debió levar anclas mientras resonaban las estrofas del Himno Nacional Argentino. Jorge Alvarez Hidalgo era concejal de Puerto Madryn en aquel entonces y fue protagonista, junto con tantos otros anónimos, de la histórica gesta que tan frecuentemente es pasada por alto.

¿Cómo surgió la idea del Madrynazo?

  • Cuando se supo que los barcos estadounidenses iban a atracar en Madryn, la reacción no fue la de expectativa por la banda, esta vez estaba muy fresco lo de las Malvinas. La primer manifestación pública importante fue durante un partido entre el Deportivo Madryn y el Almirante Brown, que en ese momento era el mayor evento deportivo y juntaba unas dos mil personas. Con el gimnasio municipal lleno apareció un grupo de gente encabezada por Aurelio Torres, que era concejal y que con una bandera argentina y un megáfono informaba sobre el inminente atraque y manifestaba su oposición. Hubieron otros movimientos en la comunidad y en la zona, pero el de Aurelio fue el principal.

¿La organización entonces fue espontánea o se tuvieron que tomar recaudos?

  • El temor era que viniera gente de otros lados y que alguien hiciese una locura. También se temía que quisiesen bajar la banda como lo hacían siempre y que entonces se produjese alguna agresión. Fue a razón de esto que llamé al Secretario de Defensa de Nación, Horacio Jaunarena, para tratar de prevenir que se produjese el desembarco. En Madryn el recuerdo del Canberra estaba muy fresco. Bueno es hasta el día de hoy que se lo sigue recordando, el 2 de abril se siguen produciendo movilizaciones espontáneas de los pobladores, que reúnen más gente que los actos organizados. Desde Nación estaban convencidos de que la ciudad iba a volver a recibir a la banda musical como siempre, como si Malvinas no hubiese ocurrido! Finalmente, decidieron que la banda no bajase y solo se reaprovisione a los barcos.

Estabas en el Concejo Deliberante ¿qué se decidió hacer?

  • El día 9 se hizo una reunión extraordinaria, como había tanta gente la reunión se hizo en la sala de entrada, fuera del recinto clásico. Ahí se sometió a votación del Concejo una declaración de presencia no grata a la escuadra estadounidense, que por supuesto se aprobó con unanimidad y yo tuve el privilegio de ser quien la leyese.

Pero ¿desde la Municipalidad o desde la Provincia se hizo algo?

  • No, porque en realidad lo que se podía hacer fue lo que hizo el Concejo al sacar la resolución, más que una toma de posición de ese tipo no se podría haber hecho nada. A los barcos no se les impidió el atraque, porque el puerto en ese entonces era de administración nacional, así que la Provincia tampoco podría haber hecho nada. Fue desde Nación que se apoyó el reaprovisionamiento en todo momento. Es más, Prefectura en teoría trató de impedir que hubiese alguna manifestación en contra.

¿Qué pasó luego de que se confirmó que iban a atracar?

  • Ahí comenzó un movimiento de toda la zona y empezó a llegar gente de Trelew, incluyendo al ex intendente César Mac Karthy. Fue mucha gente, que sin ninguna bandera política nos congregamos en la Plaza San Martín, en frente a la Municipalidad. Entonces, tanto la gente de Madryn como los micros que llegaban desde Trelew fuimos en caravana hasta el muelle. Cuando llegamos al puerto, me acuerdo de la imagen, ahí estaba Rossitto envuelto en una bandera de Argentina, al frente de un grupo de cuarenta o cincuenta personas y cuando vieron que llegábamos todos, giraron y en masa entramos al muelle.

¿El muelle estaba abierto o cuál fue la reacción de las autoridades portuarias?

  • Cuando tratamos de entrar al muelle la Prefectura había previsto algún tipo de operativo de resguardo para que no hubiese problemas; pero lo que hicieron fue solo bajar una barrera y desplegar a cuatro o cinco efectivos, los cuales obviamente estaba sobrepasados por todos los flancos. Cuando nos vieron venir empezaron a retroceder ya que les hubiese sido imposible detenernos, aparte de que no creo que estuviese en su ánimo el pararnos.

Y una vez que entraron ¿Prefectura tomó alguna otra medida?

  • No, la reacción fue desde los barcos.

¿Qué fue lo que hicieron?

  • Al muelle entramos con todas las consignas de “el pueblo unido jamá será vencido” y “si este no es el pueblo el pueblo dónde está” y con los carteles de “yanqui go home”, es decir con las consignas habituales. Lo primero que vimos fue un camión de La Serenísima que los estaba aprovisionando, inmediatamente nos abalanzamos sobre los barcos y se les tiró con lo que se encontró en el muelle, así como se pintaron algunos de los cascos. Desde los barcos trataron de responder con chorros de agua, pero en un punto entendieron que no tenía sentido intentar permanecer en el muelle, levaron anchas y salieron lo más rápido posible. Tal fue su apuro al retirarse que uno de los manifestantes se quedó colgado de un de los barcos por cuatro o cinco metros y fue necesario atajarlo ante de que se lo llevasen o cayese al agua. La sensación fue de que habíamos defendió la memoria de los soldados, coronado por todos los manifestantes cantando el Himno en la punta del muelle.

¿Qué pasó después?

  • Bueno, la organización fue una cosa muy ad hoc, una movilización casi espontánea que nació con la noticia dos o tres días antes y que se terminó una vez cumplido el objetivo. Quedó un grupo ya más numeroso en la puerta del muelle velando un tiempo porque se tenía miedo de que los barcos tratasen de volver, pero evidentemente el rechazo fue contundente, porque desde ese día que no vuelven más!

Fue algo muy local entonces, es decir que desde la Nación no se hizo nada más…

  • Desde el gobierno no, pero lo que si se produjo fue una ola de telegramas y cartas que llegaron al Concejo Deliberante y a la Municipalidad desde todos lados, felicitando al pueblo de Madryn por la actitud que había tenido.

Ya pasaron 30 años ¿hubieses hecho algo distinto?

  • Si, con el tiempo lo encontramos a Rossitto y conversando sobre las imágenes que teníamos de lo que había pasado él me decía algo que ahora comparto: tendríamos que haber tirado al mar el camión de la empresa que estaba reaprovisionando los barcos. La única razón por la que no se lo hizo fue porque el caminero intervino pidiendo que por favor no lo tirásemos ya que el vehículo era de él y la empresa solo se lo alquilaba.

Y mirando en retrospectiva ¿qué te dejó el Madrynazo?

  • Creo que todo esto se potenció por el desembarco del Canberra, sino no sé si hubiese llegado a ese nivel. Es que tanto se nos habían hablado de que al Canberra lo habían hecho añicos y cuando apareció parecía que llegaba un crucero, estaba recién pintado blanquito reluciente, el sentimiento de indignación no te lo podés imaginar! De alguna forma esto te muestra cuál es el criterio que se tenía en Nación y la falta de importancia que se le dio a la sensibilidad del pueblo. Venir después de dos años de la Guerra de las Malvinas, además sabiendo de que la Guerra había dado un giro en el momento en que se involucró Estados Unidos. Esto nos lo decía después la gente de Fuerza Aérea que venía acá a Aluar todos los años, cuando vinieron los pilotos que habían estado en la Guerra nos decía que ellos notaron el momento en que Estados Unidos entró a participar, porque se produjo un gran cambio en la tecnología. No te digo que eso fue lo que definió la guerra, pero se estaba conscientes de que había habido una ayuda que había sido importante. Que después de dos años quisieran venir acá, donde el Canberra había bajado los chicos, no era una cosa razonable o racional!

El Madrynazo es un claro ejemplo de cuando la desatención nacional obliga a los municipios a involucrarse en asuntos externos, lo que se conoce como paradiplomacia. Se trató de una demostración del grado al que puede llegar la insensibilidad nacional respecto de la memoria histórica de los pueblos, ya que haberle pedido a la gente de Madryn que en menos de dos años se olvide de los jóvenes que vieron desembarcar del Canberra, de las pésimas condiciones en que estaban y de que parte de la responsabilidad recaía sobre el gobierno de Estados Unidos fue un desacierto que la sociedad no toleró. Hoy se cumplen 30 años y al igual que los telegramas y cartas de aquel entonces volvemos a resaltar la actitud del pueblo de Puerto Madryn en su reivindicación de los valores y de la memoria histórica.